Pensamiento
Kant, Hume y Leibniz, consideran que el conocimiento a priori es independiente de la experiencia; a diferencia del conocimiento a posteriori, que tiene su origen en la experiencia. Así, lo a priori es siempre solamente analítico y lo a posteriori sintético.
Para Descartes el conocimiento a priori es lo mismo que su noción de “ideas innatas”. Leibniz por su parte, considera el conocimiento a priori como las verdades eternas, las innatas, como evidentes; a diferencia de lo a posteriori como conocimiento empírico, actual y contingente. Pese a ello, Kant admite que un conocimiento relativo a la Naturaleza (física) puede constituirse en ciencia, en tanto no puede prescindir de modos de conocimiento a priori; ni siquiera el sentido común puede estar libre del conocimiento a priori. Preguntar si hay juicios sintéticos a priori en la matemática y en la ciencia de la Naturaleza (física), equivale a preguntar si estas ciencias son posibles, y cómo lo son. La respuesta de Kant es afirmativa en ambos casos, pero ello se debe a que lo a priori se refiere a apariencia de las cosas. Ahora bien, por naturaleza, el sujeto es portador de lo a priori, ya que intuye los conocimientos. En consecuencia, funda la objetividad y hace posible la experiencia. Si bien es cierto que lo a priori ha significado lo puramente vacío y formal, la "lógica que llena el mundo", también es de aceptar que lo a priori es necesario en virtud de que no hay conocimiento posible sin interpretación, por eso, es independiente de la experiencia". Lo a priori será verdadero sin importar a qué se refiere. Los principios a priori representan verdaderamente principios de orden y criterios de lo real; al determinar las significaciones, la mente forja ese tipo de verdad sin el cual no habría ninguna otra verdad posible; resultado del hecho de que la clasificación categorial e interpretación de lo real sean forzosamente nuestra clasificación y nuestra interpretación. Husserl, refuerza lo anterior en su fenomenología. Dice que el carácter de a prioridad no es propio solamente de las esencias formales, sino también de las materiales: "apriorismo material". Lo a priori resulta así esencialmente modificado, pero ello no significa que la a prioridad quede sometida desde su principio a la observación de los hechos y a toda comprobación fáctica.
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