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APRIORISMO

La Hipótesis y El Apriorismo Kantiano

La Hipótesis y El Apriorismo Kantiano

La hipótesis es una construcción mental basada en algunos elementos de la realidad que busca formular una respuesta lógica que será verificada posteriormente para resolver una duda o ampliar un conocimiento. 

Cuando no se utiliza la lógica, se abre paso la especulación, por eso uno de los requisitos de la hipótesis es que sea razonable. ˜

Por ejemplo, qué es la juventud, o mejor, qué son o cómo son los jóvenes. Se pueden elaborar varias respuestas probables, hasta aceptar la que parece más razonable antes de llevarla a la prueba de la verificación, aunque su razonabilidad estará marcada por la cultura y la lógica predominante o por la escogida por el que hace la pregunta. 

La explicación u orientación divinas basadas en un orden preestablecido al cual había que ceñirse para organizar el comportamiento entre las personas y de ellas con el resto del cosmos, se continua con los parámetros de los rieles establecidos por la razón, que substituye a los dioses en la explicación y orientación de los comportamientos, es la divinización de la razón, a la que se le otorga carácter de demiurgo, por lo que las riendas se mantienen substituyendo al cochero. 

Sir Francis Bacon representa la sobrevivencia de la razón a los rigores de la inquisición que ya se había cobrado las vidas de Giordano Bruno y muchos otros. Bacon es el padre de la ciencia experimental moderna y su secretario es Thomas Hobbes, que levanta el predominio de lo natural basado en la separación más acentuada posible entre las personas, describiendo la condición humana como una guerra entre todos y que el hombre es el lobo del hombre, ante lo cual se hace necesario un leviatán, un nuevo orden basado en la aceptación de las distancias y enemistades, siendo el eje la razón individual, esto es, la visión desde y hacia el individuo, como un bumerang, con lo que las relaciones con los otros son instrumentales, esto es, formas operativas de comportamiento destinadas a alcanzar un fin. Inventa la frase "no hagas a los otros lo que no quieres que los otros te hagan a ti", que consideró como la síntesis que resume todas las leyes naturales del comportamiento humano. 

De esta razón individual, separada, Descartes hace el centro del mundo, el yo, capaz de pensar y por el simple hecho de hacerlo puede verificar su existencia, su estar en el mundo. Su obra, el Recurso del Método es un tratado de lógica. 

Kant llega al extremo de que es imposible conocer la esencia de las cosas, desarrollando el agnosticismo y el apriorismo, donde la comprensión de las cosas está dada de antemano en la razón, la razón pura, creadora y depositaria del conocimiento, lo que no está muy lejos del gran espíritu hegeliano. 

Max Weber, también alemán y firme seguidor de Kant, desarrolla su método del tipo ideal, una figura mental hecha en base a una selección de elementos o rasgos destacados de la realidad, con la cual la compara y va verificando las coincidencias. Weber decía que su oficio era la exageración, con lo que insistía en que ese diseño mental fuese acentuado y bien perfilado, encajando las observaciones dentro de los límites de su construcción apriorística. 

Jurgen Habermas toma a Kant y Weber para elaborar su método de la acción comunicativa, donde todos deben articularse en una red de intercambios por donde circulan las preguntas y las respuestas, los argumentos y las réplicas, con todos dispuestos a convencer y ser convencidos, o sea, un predominio de la racionalidad a la cual todos deben acoplarse en una cadena intersubjetiva en cuyo inicio están "los mejores", los más preparados, en palabras del propio Habermas, así, cuando esta acción comunicativa se establezca en el mundo de la vida, éste podrá liberarse de la colonización de los subsistemas político y económico (cuyos ejes son para Habermas el poder y el dinero). O sea, nos liberamos cuando todos se subordinan a los "buenos argumentos". 

Como es fácil de apreciar, todos estos paradigmas otorgan un papel predominante a la racionalidad y para todos ellos la hipótesis tiene un valor fundamental en el avance del conocimiento, en especial porque así las reflexiones y acciones investigativas no se apartan de lo ya establecido, estimulándose una comprensión lineal de una realidad que no lo es y que sólo consigue serlo en la misma medida en que la razón se somete a los ritmos y ciclos del capital y a la necesidad de la ganancia, lo que dificultará, por ejemplo, el uso de telefonía sin hilo que se autonomice de centros repetidores bajo control exclusivo y excluyente. 

La hipótesis garantiza el "orden" de las cosas y la continuidad del status quo en el terreno del conocimiento, a pesar de que la historia de la ciencia tiene mucho de rupturas, como fue la manzana de Newton o el carbón de Madame Curie. 

Las hipótesis se inician en el interior de paradigmas y metodologías que impiden que el conocimiento escape de la dirección trazada en sentido teleológico o escatológico por la racionalidad. 

La comprensión de la esencia del capital ha llevado a continuadores de la obra de Marx a transformarla en otro paradigma y otra metodología. Engels dio inicio a esta aberración reuniendo diversos estudios de Marx en un paquete que denominó de marxismo, con lo que se desarrolla la modalidad de los manuales tipo receta de cocina con los cuales, siguiéndolos como guía para la acción, se alcanzaría el objetivo revolucionario. La razón, el paradigma y la ideología se apoderaron de la dinámica emancipadora encerrándola entre cuatro paredes sin comprender a un con cuanta facilidad se deslizan como por una pendiente muchos teóricos e intelectuales colectivos desde las ideas comunistas a la socialdemocracia. 

El postfordismo ha creado condiciones objetivas para una ruptura masiva de los moldes que aprisionaban el pensamiento emancipador y que antes (esas rupturas) aparecían como meras aventuras del conocimiento, irreverencias o rebeldías epistemológicas, como el anarquismo, el existencialismo, el surrealismo y otras modalidades de fuga de los cánones de la racionalidad estricta. 

La marginación de vastas capas de la población se ha transformado en un espacio social donde el "orden" de las cosas llega casi exclusivamente por vía del garrote, de la propaganda y el interés mercantil. El contrato social está deshecho, la crisis de las instituciones y de las ideologías abren paso a la emergencia de nuevas formas de pensamiento basadas en la ruptura de las distancias y de los condicionamientos corporativo-institucionales, nuevos tipos de encuentro y relaciones se establecen en los más diversos lugares. Se afirman y extienden viejas y nuevas formas de encarar el mundo, como la cosmovisión originaria que se levanta como fuego en la pradera por todo el continente, el pensamiento autónomo, el zapatismo, el situacionismo, etc. así como nuevas lecturas de Marx, como los trabajos de Toni Negri y otros, o aún el propio Cornelius Castoriadis. 

Junto a la crisis sistémica vivimos la emergencia de una nueva epistemología, nuevos tanteos y palos de ciego, experiencias y experimentos, búsquedas y fugas, donde difícilmente seremos los portadores de los viejos paradigmas los que demos cuenta de las nuevas realidades y veremos como poco a poco el ser social en proceso de reconstrucción comunitaria nos arrebata la exclusividad del pensamiento conocedor, que de centralizado en las elites racionalistas del poder y aún de los partidarios de un contrapoder (otro paradigma), se convierte en el maravilloso jardín de la diversidad, donde distintas formas de pensamiento y acción nos hacen pedazos el viejo dios de la razón y de la hegemonía. 

La hipótesis como medio de asegurar la preeminencia de la razón lógica para la continuidad del orden de las cosas, está siendo destruida en su esencia por la aparición de esas diferentes formas de pensamiento surgidas de distintas prácticas emancipatorias y de la construcción de nuevas formas de vivir, relacionarse, tratar a la naturaleza y alimentarse, en lo que quizás podemos verificar el socialismo cotidiano del Che. Y la hipótesis se resiste a morir, ya que significa el fin del intelectual que observa el mundo e intenta transformarlo a partir de una idea que ha asumido por ser portadora de elementos lógicos que coinciden con sus esquemas previos que por su vez tienen como base la forma en que se manifiesta y reproduce la cultura y el conocimiento. El dogma del paradigma y de la metodología no se diferencia en su forma y efectos del dogma religioso. No es por otro motivo que la mayoría de los científicos acepta de buen grado la hipótesis del Big Bang como "origen" del universo, hipótesis tan absurda como la existencia de un "creador".

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